“La Morita”: un lugar histórico con algunos errores y olvidos de los que deben recordar
Por Alfonso Corso.-
En el año 1970, en un informe que brinda el Ministerio de Educación de la Provincia de Buenos Aires por medio de la Dirección de Museos y Monumentos Históricos, nos dice que entre otros, allá hay fichado uno que es para nosotros de importancia: La estancia La Morita (que ya era lugar histórico)
Se trata de la histórica casa que albergara en su seno, entre otros, nada menos que a Martiniano Leguizamón. Él fue el hombre que ubicó la casa natal del Libertador José de San Martín, el hombre que escribió “Papeles” de Rosas, el hombre que dignificó al gaucho, el hombre que llegó a la Presidencia de la Academia Nacional de la Historia, el hombre que formó la colección histórica más importante que se haya formado en el partido de La Matanza.
En La Morita vivió Martiniano Leguizamón desde el año 1910 hasta su muerte en el año 1935. En esta casa escribió la mayor parte de sus obras históricas literarias que le valieron el reconocimiento universal y se van desgranando sus libros: “Alma Nativa”, “De cepa criolla”, “Ramírez y Mansilla”, “El escudo de Entre Ríos”, “Páginas Argentinas” y “La cinta colorada”.
Martiniano Leguizamón ocupó altos cargos culturales que se gestaron durante su vida en La Morita de González Catán, cargos en la Academia Nacional de la Historia en la Facultad de Derecho, en la Universidad de Buenos Aires, en Panamá, Entre Ríos, España,
Italia, Francia, y en el año 1927 hace levantar en su finca La Morita un rancho que llama “Rincón de Cala”.
Allí se recluye y en el año 1933 -al jubilarse- se dedica especialmente a la investigación histórica acompañado por su esposa que lo alienta hasta el momento en que ella fallece en el mes de marzo de 1935. Martiniano se va de este mundo dejando su casa, su colección histórica (con más de 200.000 objetos que fue donada en la provincia de Entre Ríos donde hicieron un museo en su homenaje, más precisamente en Paraná donde aprecian a los que se dedican sanamente a recordar su pago) y el ejemplo perenne de sus libros.
Hemos luchado desde hace años para que en el frente de la histórica casa de Martiniano Leguizamón, se coloque una placa recordatoria al prócer de las letras y del arte historiográfico serio. Sabemos el respeto que los matanceros brindamos a nuestros hermanos y eso nos da la pauta de que en el próximo aniversario de su muerte, el 26 de marzo (falleció en 1935), se coloque al menos con un acto de recaudación real, una placa en la que debería estar su frase: “...Lo argentino se va, es urgente salvarlo, antes que se pierda para siempre...”.
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